Leer esta obra es sumergirse en viajes y caminatas, también en libros y quietudes. Es el despliegue de una biblioteca, sus escritores, —una colección de varios excéntricos—, sus ciudades, las del autor y de sus autores, varias en ruinas, con el acompañamiento de una banda sonora de blues. Es un diálogo de sus filias. Y también es un homenaje a Montaigne, la fantasía de todo lector impetuoso: dedicación al estudio, alejamiento del ruido —expresado hoy en el móvil y las redes sociales— y de la burocracia de la vida práctica.
Un autoexilio en una torre con libros.
Cabaret Montaigne
$23.00
10 disponibles